Somos “gente así”. Clase social, privilegios y discriminación en Santander.

Hace un mes vinimos a vivir a Cantabria. Y hoy vengo a hablaros de la conciencia de clase, de privilegios y discriminación en relación a esta nueva aventura. 

España se encuentra en una situación de mierda (no hay otro término más adecuado) en lo relativo a la vivienda. El precio del alquiler no para de subir, tanto en las capitales de provincia como en el área rural. La crisis económica de los últimos años se han alineado con los desahucios por impago y esto sólo ha hecho que los medios de comunicación se ceben con los casos de ocupación ilegal de las viviendas, como si esto estuviese a la orden del día. De lo que menos se habla es de las familias que invierten en obra nueva, de que las empresas responsables de esa obra quiebren y esas familias se encuentren sin ahorros, sin casa y en la calle. Empezamos a hablar de chabolismo vertical porque se trata de sobrevivir en condiciones indignas, debido a la escasez de la oferta de vivienda, el encarecimiento de la misma y las condiciones de (in)habitabilidad. 

El tema es que llevo un mes, desde que aterrizamos, buscando una vivienda digna. ¿Qué vas a encontrarte en Santander a día de hoy? Por encima de los 800€, una casa de dos habitaciones con muebles de larga vida. Por debajo de los 700€, habitaciones sueltas o alquiler vacacional. 

Situaciones que hemos encontrado:

  • Propietarios/as que piden nóminas de 1500€ para arriba de todas las personas que vayan a vivir en la vivienda. Si tienes un bebé, el precio sube.
  • Inmobiliarias que antes de enseñarte el piso quieren que les envíes el DNI y las últimas dos nóminas “para hacer filtro”. 
  • Propietarios que quieren dos meses de fianza, dos meses de “garantía” (no saben explicarte muy bien la diferencia) y el mes corriente. 
  • Propiedades que no quieren alquilarte porque tienes una criatura: “si no pagas, no te puedo echar”
  • Propiedades que no alquilan si tienes animales, si eres madre soltera, si estás en pareja con vínculo no reconocido legalmente. 
  • Propiedades que te especifican claramente que si no eres estudiante o funcionariado, no te alquilan. 

A poco que conozcas la ley, te encuentras con la ilegalidad de alguna que otra situación. 

Sin embargo, lo peor que hemos vivido estos días ha sido el “ser gente así”. La semana pasada encontramos un piso ideal (700€, vacío, bien comunicado, reforma reciente aunque en un edificio muy antiguo, sin ascensor, escaleras de madera muy deterioradas) y quisimos reservarlo. El propietario, llamémosle Guillermo, dijo que no pensaba alquilarnos el piso porque él nunca le alquilaría “a gente así”. Aún no tengo muy claro si era por tener acento andaluz, por tener una criatura, por llevar unas botas de montaña cuando fui a visitar el piso o por tener el pelo rizado. Os juro que me puse el abrigo bueno para la visita. 

Me hago consciente de mis privilegios: mujer blanca, clase media (¿qué significará esto?), con estudios de postgrado, empleo estable, con estabilidad económica, buen nivel cultural. 

¿Qué sucede con las personas que no tienen estos privilegios? Las rentas bajas, las personas sin documentación, las pensionistas con ingresos mínimos, las profesiones del sector servicios (que son las que siguen manteniendo en funcionamiento al resto de clases privilegiadas), las familias monomarentales, las personas con diversidad funcional, las personas racializadas, las personas desplazadas de sus alquileres de toda la vida por la gentrificación y los alquileres vacacionales. Podría seguir. 

¿Qué ocurre con los Guillermos de este planeta? ¿Cómo es posible que este tipo de discriminaciones queden impunes? ¿Hasta cuándo vamos a permitir este tipo de discriminación, esta desigualdad de oportunidades? Nunca dejará de sorprenderme la endogamia de las clases más altas

El otro día un propietario, majísimo, vino a decirme que en ese edificio vivía la crême de la crême de Santander. A mí no se me ocurrió otra cosa que decirle que fantástico pero que yo era una persona humilde. 

Me siento profundamente orgullosa de ser “gente así” y abrazo a quien es “así”. Sigo pensando que este tipo de actitudes clasistas, xenófobas, racistas y fascistas siguen sin tener cabida en un mundo más libre, más justo y más sano para todas las que lo habitamos. 

Por cierto, si conoces a alguien que alquile en Santander, por aquí estoy 🙂

 

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