La trata es tortura
Estos días se está celebrando el VII Congreso Latinoamericano y Caribeño sobre Trata de Personas y Tráfico de Migrantes en la Cámara de los Diputados de Ciudad de Mx.
Ayer fue un día muy interesante, con la apertura de la jornada con una reflexión de Rosa Cobo acerca de cómo la prostitución es una herramienta en la geopolítica neoliberal que encadena y explota a niñas, adolescentes y mujeres.
En cuanto a salud mental, algunas reflexiones desde el trabajo de campo que nos deja Gustavo Ballesteros, psiquiatra del Instituto Nacional de Medicina Legal de Cali (Colombia):
👉🏽 La trata con fines de explotación sexual puede conducir a la fuga psicótica. Imagínate por un momento que dejas de ser tú misma y no eres capaz de articular palabra, decir tu nombre o interactuar con otro ser humano de manera coherente. Eso es.
👉🏽 La interseccionalidad es real. Algunas mujeres quedaron embarazadas durante la situación de explotación sexual y, al ser repatriadas, encontraron que la ley no amparaba un aborto por motivos de violación porque no habían sido violadas en su país. Ahora imagina que has conseguido recuperarte del episodio psicótico agudo y tienes que buscar una clínica clandestina para abortar.
👉🏽 Una de las formas de explotación sexual es a través del “voucher”. Es decir, el prostituyente paga por adelantado lo que quiere. Supongamos que ha pagado por consumo de sustancias + sexo. Obviamente no puedes negarte ya que el castigo es que el resto de tus compañeras no cobrarán nada ese día (estas son las “multas”). Vale, ahora vamos a añadir a nuestro caso hipotético, además de la fugo psicótica y el aborto clandestino -más la falta de apoyo del sistema-, los problemas derivados del abuso y consumo de sustancias.
👉🏽 Algunas víctimas sabían que iban a un contexto de prostitución pero fueron engañadas sobre las condiciones en las que se daría (horarios, retribución, alojamiento, salubridad, seguridad,…). Vamos acabando. Termina por imaginar que tras tu episodio psicótico, el aborto clandestino y el consumo, recibes comentarios de “ya sabías a lo que ibas” que conducen a un “la culpa es mía porque consentí”*. ¿Cómo nos planteamos que la mujer esté en condiciones de denunciar? Ojo con esto: hubo engaño y, en cualquier caso, el consentimiento no es motivo legal para no emprender acciones contra el agresor.
Podríamos seguir añadiendo cuestiones reales (obligación de inyección de biopolímeros en las mamas, turnos infinitos sin apenas descanso entre prostituyente y prostituyente, obligación a no usar medidas de protección y por tanto, riesgo de ITS,…) pero a estas alturas queda claro que la
TRATA DE SERES HUMANOS CON FINES DE EXPLOTACIÓN SEXUAL ES UNA VIOLACIÓN DE LOS DERECHOS HUMANOS.
Dicho esto, comencemos la aproximación a las mujeres supervivientes desde la atención a una de las formas de violencia de género y tortura más crueles. La trata deja una huella psíquica imborrable y es lógico pensar en la dificultad inherente a denunciar cuando lo que quieres es seguir adelante como puedas. El apoyo y el trabajo desde la psicología y disciplinas afines es esencial para el cuidado, el acompañamiento y la mejora de las mujeres que atendemos.
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