Decidir soñar. Antes de los 30.
Con “Cosas que hacer antes de los 30” Goo|Gle me regala la friolera de casi 45 millones de resultados, con mucho de semanarios que regalan ideas imposibles a jóvenes quinceañeros que esperan con ansia el cambio de década, y que probablemente se convertirán en los próximos veinteañeros que engordarán las listas de los que tienen la crisis de los 30.
Con “Cosas que he hecho antes de los 30” casi 3 millones de resultados, de lo que sólo 2 páginas coinciden exactamente con lo que busco. Y para evitar caer en ese escepticismo cínico del cambio de década, quizá lo sabio sea seguir el consejo de mi amigo Quirquincho y crear una lista de cosas de las que una se siente orgullosa antes de los 30.
Así que no. Nada de consejos ni de deberes. Nada de cosas que podrías hacer para ni de cosas que “todos (la dictadura en la palabra) deberían hacer”. Ninguna recomendación de última hora. Tus 20, tus 30, son tuyos. Hoy es tuyo. Mañana también lo será. Y lo de ayer… es inevitable. Estos han sido mis 30.
Los últimos 30 años…
- Aprendí el significado de las palabras familia y amistad, lloré pérdidas, recé sin saber rezar por las noches;
- Di gracias por los cuatro fantásticos, por los flamencos en vuelo, por los psicólogos y los que se unieron que se convierten en familia;
- Pinté de color la mayor parte de mis días. Con recortes, con pinceles, con post-it, con pegatinas;
- Sentí cómo se erizaba la piel en un fuego de campamento;
- Caminé muchos kilómetros. A veces sabiendo dónde iba y a veces no;
- Realicé que ser scout no es un status o un grado. Es una parte de la esencia, del pensamiento, de la imagen. En un horizonte de sucesos que se confunde con un tipi indio;
- Y tuve FE con otras personas en eso de la unión de la formación con el Escultismo;
- Me transformé en náufraga, La Mamma, elfa, tuareg, lobo, dios del sonido, mercader de ‘La Isla del Tridente’, Wendy, burbujita de Freixenet, hawaiana, Harry Potter y muchos más;
- Decidí dedicarme a la Psicología. Siempre tengo que hacer una pausa cuando llego a este punto.
- He trabajado en más proyectos de los que puedo recordar;
- Tuve un trabajo estable que dejé porque no me hacía feliz 🙂
- Cambié de país. Aprendí otro idioma. Viví un shock cultural. Compartí risas y dolor con personas que nunca soñé que llegaría a conocer;
- Viajé a la mitad del mundo. Y lo describimos cada uno Desde Su Volcán;
- Viajé al fin del mundo. Y lo describimos a través de palabras y de la lente de una cámara;
- Me declaré en noches de luna llena. Alguna estrella se apagó. Ya no quise venir del Norte, me fugué al Sur;
- Me casé. Porque sí. Porque es Él. Porque el sentido somos nosotros;
- Adoptamos a Oli. Una foto vale más que mil palabras;
- Hice puenting;
- Monté en globo;
- Me compré un coche;
- Me tatué y agujeeré la piel;
- Hice un viaje sola durante casi un mes. Sicilia, tierra soñada por mí;
- Me manifesté varias veces. Pocas veces se escucha al pueblo;
- Luché activamente por los derechos y por un cambio social. Por los míos, por los de los estudiantes, por los de todos;
- Creé un blog. No hay nada escrito sobre cuándo actualizar 🙂
- Aprendí a quererme. No se puede ser pez en el monte ni cabra en el mar;
- Me casi-rapé el pelo;
- Encontré y definí qué me hacía feliz en la vida;
- Partes de mi cuerpo se rompieron y se reconstruyeron. Las cicatrices duelen.
- Y abrí dos cartas a mi yo futuro…
Por otros 30 años maravillándonos en el día a día.