Lo que no te cuentan

‘Puerperio’, del latín puerperium (‘parto’). Período comprendido desde el momento del parto hasta que la mujer vuelve al estado anterior a la gestación. Lo que no te cuentan es que en tu transitar la maternidad, nunca volverás a ese estado anterior.

Nadie te habla de cómo se transita la maternidad. Nadie te habla de las noches sin dormir, de que el reloj es algo que ya no existe y de que tu tiempo va unido a esa criatura que has traído al mundo. 

Nadie te habla de ese miedo que se agazapa dentro de ti y que sale con cada respiración rara, cada movimiento raro o cada gesto raro. Y que al principio, todo te parecerá raro. Luego te das cuenta, y nadie te lo cuenta, de que lo raro es la nueva normalidad. Ese miedo se eleva al cubo si durante las primeras semanas has tenido que hacer visitas a urgencias o si has, literalmente, vivido allí. Porque sí, lo que nadie te cuenta es que a lo mejor el personal de urgencias va a ser parte de tus nuevas mejores amistades.

Nadie te cuenta que ya no recordarás la última vez que te lavaste el pelo. Que cortarte las uñas es un privilegio de otras personas o que acordarte de qué comiste ayer es información inútil en tu cerebro embotado por el sueño.

Tampoco te cuenta que harás todo esto con hemorroides. Con una episiotomía. O con los puntos de una cesárea. Que te costará la vida sentarte. Que no tendrás ropa que ponerte porque aquello con lo que saliste del hospital te está gigante pero lo de antes de tu embarazo, te está pequeño. Esas mujeres que salen del hospital con una XS y la criatura en brazos son fake.

Tampoco te cuentan que los extractores de leche fueron inventados por alguien muy misógino, pero que serán tu nueva herramienta preferida. Siempre que alguien te acompañe en tu lactancia, porque eso da para otra entrada.

No te cuentan que sentirás oleadas de amor por tu criatura y que si alguien le pone la mano encima en algún momento de los próximos años, el harakiri será poco en comparación con las torturas que se te ocurren. Y que a la vez llorarás. Llorarás de amor, de tristeza, de angustia, de felicidad y por no saber por qué lloras. Reirás mucho. Llorarás mucho. Después de tu parto te sentirás una súper heroína y dos semanas después, una mierda pinchada en un palo. Y te compadecerás de esa mierda. Pero se te pasará. 

Nadie te cuenta que tu cuerpo ha dejado de pertenecerte. Que no te reconoces en un espejo. Que tus tetas son dominio público, en lo visual y en lo verbal. Que es difícil hablar de toda esta mierda en voz alta porque pocas que lo hayan pasado quieren recordarlo y a las que tienen el porvenir, no les interesa oírlo. Y que caminar 500 metros será todo un reto porque te parecerán los 100 metros lisos.

Y es que, como nadie te lo cuenta, ya te lo cuento yo. Alguien tenía que ser realista y tenía que decirlo en voz alta y compañera, siento haber sido yo.

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